El campus
Alrededor del Santuario, el paisaje alberga sus propios tesoros. Cerca de la “Cabaña Obispo Rosatti”, una de las estructuras originales de los campos, hay un camino que recorre el campo abierto arropado por la densa sombra de los árboles de maple que abundan allí. Al lado sur de donde se ubica el Santuario, hay un hermoso montículo cubierto con mirto y rodeado de cedros rojos que son nativos del área. Sobre el montículo se posa una estatua de Nuestra Señora de la Victoria. La vereda que parte de este montículo lleva hasta una gruta construida en honor a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
La gruta
La gruta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa fue construida por los seminaristas Vicentinos en los tiempos de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, este lugar se ha convertido en un centro especial de devoción a María Santísima. Su construcción comenzó en 1917 y terminó en 1920. Una pequeña capilla que se encuentra dentro de la gruta tiene un humilde altar hecho de piedra. En una parte sobre la gruta, directamente encima de la capillita, se sitúa una estatua de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que se colocó en ese lugar el 5 de agosto de 1920. La gruta se encuentra detrás del montículo de Nuestra Señora de la Victoria (originalmente conocido como el montículo de “Nuestra Señora de los Campos”).
Cuando se colocó la última piedra y se terminó el arreglo de los campos, el Arzobispo Glennon hizo la dedicatoria de la gruta, el 1 de noviembre de 1920. Sacerdotes, hermanos y estudiantes del seminario de Santa María, con el apoyo de trabajadores locales, habían trabajado ya tres años para terminar el proyecto de la gruta. Toda la construcción está documentada en un antiguo diario del seminario. El diario menciona que en la gruta se enterraron documentos con los nombres de los trabajadores y de los padres, hermanos y estudiantes del seminario de Santa María. |